martes, 18 de septiembre de 2007

-Dieciochoava (Lo.Li.Ta.)- (2007)

El día en que Lolita cumplió 18 años todos sus Humberts Humbert confluyeron en la puerta de su casa con regalos y desdenes.
Tengan ojo que no estamos hablando de una de tantas “lolitas” casuales, de esas que encuentran a su Humbert azul y se enamoran de él puritanamente; sino que ésta es una lolita vocacional en carne y sexo. Una de esas pequeñas divas que sólo ponen sus caricias sobre carnes que les saquen mínimo dos cabezas y otras tantas docenas de años.
Los regalos eran de lo más variado –perfumes caros, joyas, ramos de flores, abrigos de pieles…- , pero todos englobados dentro de la finura y capricho que merecía una dieciochoava cumpleañera como ella.
Pese a los regalos, Lolita no salió a la puerta. No quería piedras preciosas, guirnaldas de orquídeas ni collares de perlas. No quería oír hablar de matrimonios permitidos por la ley, de relaciones legales entre mayores de edad ni amor adulto.
Cuando Lolita salió de casa hasta los Humberts más devotos se habían cansado de esperar. Cuando Lolita salió ya no era Lolita, sino Humbert. Ahora era su turno de regalar ositos de peluche.

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